ESTIRAMIENTO

El mejor estiramiento para equilibrar al cuerpo

Aunque muchas veces se subestima, el estiramiento al final de la actividad física es sumamente importante para equilibrar al cuerpo, mantener los músculos largos y evitar lesiones. La “lemniscata” es tal vez el mejor estiramiento porque sigue los principios biomecánicas del método de Cadenas Musculares GDS y se hace rápida y fácilmente. Conócelo.

¿Lemni…qué?

 
La palabra lemniscata se refiere a la figura plana de un 8, como el símbolo del infinito. Los estiramientos de la secuencia forman un circuito que no tiene principio ni fin.

¿Por qué estirar?

El estiramiento al final de la actividad física muchas veces se subestima. Así, es común que alguien haga un ejercicio cardiovascular por 30-40 minutos, le dedique sólo 5 minutos al estiramiento final (en el mejor de los casos), o simplemente no estire. Lo que ocurre como resultado es que quizás el corazón estará en buena condición y probablemente la persona evite subir de peso, sin embargo, no habrá hecho nada por mantener el rango óptimo de movimiento en sus articulaciones. Las limitaciones en el rango de movimiento articular son muchas veces las causantes de lesiones crónicas. Si tan sólo hiciéramos algo por mantener nuestros músculos largos y nuestras articulaciones libres, muchas lesiones se evitarían. El detalle está en que hay que saber cómo estirar de la manera más efectiva para realmente restablecer el equilibrio corporal, y es ahí donde entran los estiramientos mágicos de la lemniscata, que para nosotros es probablemente el mejor estiramiento que existe.

La magia de la LEMNISCATA:

Este estiramiento es una de las técnicas de tratamiento del Método de Cadenas Musculares GDS, una que no requiere de la intervención manual de un terapeuta, sino que consta de varios ejercicios que se practican en un orden definido y que buscan estirar los diferentes grupos musculares con el fin de equilibrar las tensiones de los mismos para crear una mayor armonía muscular y articular. Añadir la lemniscata al final de una práctica de yoga diaria (o de cualquier rutina de ejercicio) le devolverá a tu cuerpo el equilibrio y el ritmo que necesita para que puedas seguir moviéndote sin lesiones. Con hacer los estiramientos cuidadosamente durante 15-20 minutos más o menos,  tu cuerpo será capaz de realizar esfuerzos intensos sin por ello lastimarse. Sin importar qué tan intensa sea la actividad realizada, este estiramiento te demostrará que puede neutralizar los efectos adversos y restaurar el equilibrio corporal.

La LEMNISCATA y el yoga

Al incluir a esta secuencia de estiramientos al final de tus clases de yoga notarás la diferencia en tu cuerpo. Los beneficios de estos sencillos estiramientos son tales que quisiéramos que todos los atletas y practicantes del mundo la conocieran para que pudieran continuar haciendo la rutina que les gusta sin sufrir los daños colaterales. Por ello en la plataforma de Kinetika Yoga y Movimiento incluimos una categoría de diferentes versiones de la lemniscata impartidas por distintos maestros.

El orden de los factores sí altera el resultado

La estrategia de la lemniscata fue desarrollada por la creadora del método de Cadenas Musculares y articulares, Godelieve Denise Struyf (1931-2009). Ella descubrió, por medio de medidas goniométricas (midiendo el rango de movimiento de cada articulación), cuál era el orden ideal para hacer los estiramientos corporales. Descubrió que al estirar un grupo o “cadena” de músculos, los músculos pertenecientes a otra cadena muscular se tensaban, por lo que había que estirarlos posteriormente. Así, se dio cuenta que el estiramiento de los músculos de la cadena A (por llamarla de alguna manera), provocaban tensión en los músculos B. El estiramiento de los músculos B provocaban tensión en los músculos C, y así iba avanzando hasta cerciorarse que todos los músculos del cuerpo quedaran estirados y que ninguna cadena muscular hubiera reaccionado con tensión. Esta secuencia puede hacerse al final de alguna actividad física, ya sea al concluir un entrenamiento en el gimnasio, un paseo en bicicleta, o simplemente al final de un largo día de trabajo. La lemniscata suelta tensiones, libera articulaciones y restablece el equilibrio del cuerpo sin riesgo de lesiones. En Kinétika Yoga y Movimiento nos dimos a la tarea de hacer una guía rápida para que puedas hacer la lemniscata completa en casa. La encuentras aquí. También puedes encontrar una versión corta en el IGTV de nuestra cuenta de Instagram: @kinetikayoga. Te invitamos a que pruebes esta secuencia y observes las sensaciones en el cuerpo antes y después de realizarla. Repítelo por una semana. Recuerda que la regla de oro es nunca forzar al cuerpo a entrar a una postura para la que no está listo. Si necesitas adecuar las posturas a tus necesidades hazlo (como usar un cinturón si no alcanzas a tomarte de la pierna, o sentarte sobre una cobija para sentirte más cómodo en una de las posturas). Te deseamos que logres llegar a una práctica efectiva que no te lastime. Queremos que el cuerpo nos dure para muchos años más. En www.kinetikayoga.com encontrarás estiramientos increíbles y muchas clases que podrás tomar donde quieras y cuando quieras. Conócelas.

El cuello que respira

¿Cuál es la posición «correcta» del cuello? Por muchos años pensé que el cuello tenía que colocarse derechito arriba de las vértebras dorsales. Estaba consciente de la necesidad de mantener la curva natural -la lordosis- y sabía que el cuello no debía estar recto-recto, pero siempre me imaginaba la postura ideal del cuello como una posición fija.  

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Por muchos años pensé que el cuello tenía que colocarse derechito arriba de las vértebras dorsales. Estaba consciente de la necesidad de mantener la curva natural -la lordosis- y sabía que el cuello no debía estar recto-recto, pero siempre me imaginaba la postura ideal del cuello como una posición fija.

Mi práctica de yoga alimentó esa idea. Los yoguis casi siempre están muy derechitos con los cuellos muy largos. En la práctica muchas veces se enfatiza la elongación y el estiramiento, y el resultado es una columna –y un cuello- que tienden a la rectificación y a veces a la rigidez. Pienso en específico en una maestra de yoga que de tan derechita que estaba, cuando saludaba daba unos abrazos muy tiesos. Unos abrazos que se sentían duros y a los cuales nunca sabía cómo responder. Mi propia columna vivió en esa misma rigidez por muchos años, pero no me daba cuenta porque todo a mi alrededor corroboraba que ésa era la postura correcta. Lo que no tenía sentido entonces era por qué tenía yo tantos dolores en la espalda alta, en el cuello y en los omóplatos. Si mi columna y mi cuello estaban bien alineados y derechitos, entonces ¿por qué tanto achaque? Cuando comencé a estudiar Cadenas Musculares GDS me sorprendí cuando me enseñaron que no había una sola postura correcta, que lo importante era la adaptabilidad del cuerpo. El cuerpo puede estar en cualquier postura siempre y cuando sea capaz de entrar y salir de ella sin problemas según la ocasión lo demande. De igual manera, el cuello no tiene que estar fijo en una postura “ideal”, sino debe ser capaz de respirar. De adaptarse a la inhalación y a la exhalación. Incluso el cuello más perfectamente alineado puede causar infinidad de problemas si es un cuello rígido que no se mueve con la respiración. ¿Y cómo es que se mueve el cuello? En la respiración refleja, o sea la respiración que ocurre de manera natural, la curva cervical se rectifica al inhalar y recupera su lordosis al exhalar. Esto no es algo que uno tenga que hacer, sino que el cuello lo realiza solito si se encuentra libre de tensiones excesivas. Pero la realidad es que pocos cuellos están libres, la mayoría nos encontramos atorados en la rectificación de la inhalación, en la curva de la exhalación, o en un lugar intermedio. Lo interesante es que el hecho que el cuello se quede fijo en una de estas posturas no se debe simplemente a un tema de tensiones musculares “neutrales” por así decirlo. Recordemos que el cuerpo siempre habla de quién somos en un nivel más profundo, nada es “neutral”, todo se expresa a través de ese lenguaje que todos hablamos y todos comprendemos de manera intuitiva, que es el lenguaje corporal. Los músculos y el esqueleto expresan el alma. Y así es como las posturas que asume nuestro cuello van de la mano con ciertos aspectos de nuestra personalidad. Por ejemplo, si tenemos la tendencia a ser muy exigentes con nosotros mismos es probable que nuestro cuello se quede atorado en la inhalación, rectificado; como queriendo estar en control de la cabeza todo el tiempo. En cambio, si nuestra personalidad tiende a ser más desestructurada y tal vez nos falta un poco de motivación en la vida, puede ser que nuestro cuello se quede atorado en la lordosis y no logre activarse y aplanarse con la inhalación. En realidad no hay reglas y las posibilidades son infinitas. Cada personalidad y cada cuerpo son únicos y no hay esquemas rígidos. Pero es interesante darnos cuenta que nuestra manera de sostener la cabeza puede decirnos mucho sobre la manera en que enfrentamos la vida. El poder ir primero a una rectificación en la inspiración y luego ser capaces de soltar el control y recuperar la lordosis en la espiración, nos habla de un cuello -y de una mente- que puede fluir con el vaivén de la vida. Puede parecer un tanto reduccionista, pero el cuerpo a veces se expresa de una manera muy contundente. Yo sé que mi cuerpo cambió por completo el día en que me di cuenta que estaba fijando el cuello para que estuviera derechito todo el tiempo. Cuando pude constatar esa tendencia a retener el control constante y comencé a suspirar y a soltar esa tensión muscular, algo cambio a un nivel profundo en la dinámica de mi cuerpo, y como por arte de magia, mis dolores desaparecieron casi por completo. Te invito a observar con curiosidad qué ocurre en tu cuello, dónde lo colocas, y si eres capaz de sentir que “respira”. Qué tanto quieres dirigir lo que pasa en tu cabeza y en el mundo, y si eres capaz de adaptarte a la realidad que surge a cada momento en tu vida. Todas estas preguntas son pertinentes cuando hablamos del cuerpo en general, y en específico, de tu cuello.